Dentro de las campañas de la DGT, que normalmente me parecen plausibles, la que no soporto es en la que asustan a los conductores con una silla de ruedas si no conducen correctamente.
Y no me gustan que utilicen este ardid por lo peyorativo y demagógico de su mensaje. Si corres: silla de ruedas; si bebes y conduces: silla de ruedas; no seas malo en la carretera !!que viene la silla de ruedas ¡¡
Quizás sea por la premura de los veinte segundos del sport, pero no aclaran que la penitencia por su mal comportamiento no es la silla de ruedas en sí misma.
Al final uno se acostumbra a estar en una silla de ruedas y no hay que dramatizar excesivamente la cuestión. En ella uno podría tener una cierta calidad de vida si no fuese por las barreras, sobre todo arquitectónicas. Ese es el castigo, la multa, que tendrás que pagar y que por otra parte seria perfectamente evitable.
Decidle la verdad al conductor: si bebes pasarás a ser ciudadano de segunda. Si corres se te prohibirá circular, y no por carretera, sino por muchos sitios de tu ciudad a pesar de haber contribuido, como todos, a su financiación; si no te pones el cinturón vas a dejar de poder entrar a muchos de los establecimientos públicos, y otros no pocos centros oficiales.
No simplifiqueis la pena a una simple silla de ruedas. La multa le vendrá por la falta de sensibilización política que le priva de los Derechos Humanos que te reconocen la libertad de circular por cualquier sitio.
El cometerá la falta y se habrás “ganado” la silla, el resto ya se encargará el Estado de regalárselo.
Contarle todo esto al conductor y estoy seguro que la próxima vez cojera un patín.
JUAN ROMERO CRUZ
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